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viernes, 11 de marzo de 2016

Soy M. Fernanda estudiante de quinto año de Ingeniería Industrial Computación. Decidí tomar el taller de sistemas colaborativos y computación social por una inquietud con respecto al rol de un ingeniero en computación. Como desarrolladores, creamos aplicaciones con impacto social, y no somos conscientes de como la sociedad utiliza la tecnología o más bien no logramos entender del todo el comportamiento de las personas frente a las nuevas tecnologías que nosotros mismos creamos.

Cuando se desarrolla software se piensa primero en las necesidades del usuario, pero no se piensa más allá del usuario, ni se intenta entender que este usuario es mucho más que el ente que prueba y aprueba el programa. Más aún, no somos consientes que este usuario no es uno, si no muchos, y que estos son completamente distintos entre sí. Es imposible crear software para grupos tan diversos si solo se enfrascan en una definición generalizada de usuario.

Muchas metodologías de la ingeniería de software terminan el acompañamiento del usuario una vez entregado el software, e inclusive algunas (las más precarias) ni siquiera se centran en las necesidades el usuario. En una sociedad donde todo está conectado y la tecnología toma más importancia, los ingenieros en computación, ya sea de software o hardware, desarrolladores o investigadores, son el punto de partida de lo que puede ser y ha sido una revolución en las comunicaciones.

Me entere de este curso, dado que unos semestres atrás un compañero me comentaba que en un ramo de computación lo hacían leer muchos papers y opinar al respecto. Inmediatamente le comente mi interes, dado que la modalidad me parecía bastante entretenida, y me comento con un poco más de profundidad el tema del curso. En lo personal me gusta mucho la investigación en computación. Creo que hay muchos temas y muchas áreas moviéndose constantemente, y por lo tanto mucho aun que investigar.